jueves, enero 25, 2007

Eukarya

Una fría noche más en ese lugar tan pequeño y tan vacío... tan vacío que lo único que me hacia compañía era un montón de puntos grisáceos que la humedad había dejado crecer en las viejas paredes; me acerqué a ellos pues hubo algo que me llamó la atención, y no fue el hecho de que fueran aproximadamente veinte por cada centímetro cuadrado, sino un ruido que se dejaba oír, un fenómeno acústico que venia de donde ellos. Mientras más me acercaba, más se podía entender como ese ruido no era más que palabras entrelazando conversaciones, historias, cuentos sin fin. Ya no se podía estar más cerca cuando me di cuenta de que esos seres microscópicos eran demasiado sociables. “Hola,” les dije y ellos se mofaron de mi convencional saludo; “Aquí en el Reino Fungi nadie te saludará hasta que no nos digas ‘¡Qué hongo!’”, me aclaró uno que destacaba por su vestimenta, y no dudé en seguir su consejo después de sonreír; al hacer esto, todos respondieron alegres, aunque un poco extrañados de que un enorme ser se percatase de su festín. Yo también los miraba con rareza, no lo he de negar, pues no es normal que un ser de otro origen no sólo te entienda, sino que te responda y tu seas capaz de entenderle; me dieron la bienvenida a su fiesta y les acompañé observándolos mientras bebía un poco de una tibia taza de té. De pronto, escuché como uno más pequeñito le preguntó a otro de gran tamaño, “¿Quién es ella y por qué es diferente a nosotros?” a lo que el otro respondió “Ella es una nueva amiga, perteneciente al Reino Animalia, por eso es muy diferente a nosotros.” No pude evitar entrometerme y decirle al pequeño “pero no creas que por no ser del mismo tamaño o lucir igual físicamente somos diferentes; en realidad entre los humanos, y ustedes, pequeña comunidad de hongos, hay una gran similitud pues ambos reinos gozamos de estar rodeados de nuestros semejantes mientras disfrutamos de una agradable reunión o en cualquier ocasión, o bueno, al menos yo lo gozo.” Y agregué: Ahora, si me lo permiten, me gustaría hacerles una pregunta, ¿cómo es que no me había percatado de tal regocijo microscópico? ¿Acaso no me habían visitado anteriormente? Entonces, se acercó una hermosa figura con tintes púrpura y me dijo “no es que no te hayamos visitado antes, sino que fue hasta hoy que la humedad hizo que renaciéramos de las esporas” y mientras oía estas palabras tan lejanas y veía como poco a poco estas pequeñas criaturas multiformes se iban desvaneciendo, abrí los ojos y me di cuenta de que me había quedado completamente dormida mientras el televisor, que se había quedado prendido, mostraba ciertos dibujos animados de un singular tono azul.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Odades, de verdad que cada vez que me asomo a leer tus escritos me retiro con una sonrisa y sorprendido realmente por lo increíble de tus escritos. Felicidades por tan chido blog =D

Marxtamoros dijo...

En un principio crei que le habías entrado al Peyote o algún honguito alucinógeno.
Chales... Yo nunca he soñado con pitufos.
¡Saludos desde el Reino Monera!

Anónimo dijo...

Tú amor por los organismos microscópicos me lleva a saber un poco más de ellos de seguro son fascinantes y es por eso que les dedicas tanto 00d
Ciao bambina

Bio. dijo...

Es raro porque... yo no sé mucho, no como me gustaría PND no soy una ñoña PND y no soñe con pitufos! este... la creadora expresandose no la chica de las historias... esa sólo soño que hablaba con pequeños hongos... en parte por dejar la tele prendida... yo sólo me inspiré en la humedad

Anónimo dijo...

00d igual sigue siendo mágico

Anónimo dijo...

Me sorprendiste. Ou.

Anónimo dijo...

¿Y cuántos porros hay que fumarse para comunicarse con los bellos, interesantes e increíbles organismos del reino funji?

Chido el post x) síguele

El Shoin dijo...

Yeahhhh