Ya no quiero más

Y aquí estoy, sola de nuevo después de una larga noche; ya no sé qué será de mí con tanta vida de ajetreo. Ya no sé qué será de mí si sigo viviendo así, pero todo es tan placentero que hasta la continua resaca parece más una recompensa que un castigo. ¿A qué punto de mí vida he llegado que una maldita cruda parece tan exquisita? ¿En que momento me perdí así? Bien, creo que no lo recuerdo, o quizás ha sido tanto lo que he vivido en tan pocos años que todo parece tan incierto... tan incierto y tan lejano, como lejanos quedaron aquellos recuerdos de niña. Ja, esa niña de vestidos rosas y listones por doquier; aquella niña que quedo perdida en el recuerdo, entre canciones de Cri-Cri y un mundo de colores... colores... creo que ya ni los recordaba; siento que ya ni recuerdo sus nombres; todo es tan monocromático ahora; monocromático e insípido como cada noche que me retuerzo entre alcohol y sábanas. Quiero perderme, perderme y no volver. Ya no quiero caer o no se que pasará; una noche más como la de ayer y creo que ya no podré empezar de nuevo un día como el de hoy; aunque preferiría no ver días como los de hoy antes que ver un nuevo amanecer. Ya no más por favor, ya no quiero más; quiero salir, quiero huir. ¿Me dejas ir? Ya no quiero estar aquí, ya no quiero estar así. Por favor, ¿por qué no me dejas salir? ¿Por qué no me permites moverme? ¡Ya no te quiero aquí! Entiéndelo por favor. Entiende que tu tortura me mata... me mata... me asfixias.