jueves, abril 05, 2007

Die Mond, das Meer und Alles

¿Te acuerdas de aquel día en que no sabías qué hacer? Aquel día en que me pedías te dijera cómo hacerle para que tu viejo cerebro oxidado olvidara todo aquello que tanto aprisionaba todo eso que tenías adentro, todas esas cosas que sentías y que trataban de moverse cada vez más, pero mientras más querían brotar, más las apachurraban esas negras manos que surgían desde adentro. Todo se compactaba sin tu consentimiento, pero poco a poco alteraban tus paredes internas al rebotar por todos lados. Lo sentías muy bien, sentías la sangre correr en tu interior y lo único que te hacía falta era escupirla pues sentías que en cualquier momento se iba a coagular y todo tu interior quedaría como una tubería atascada de porquerías con olores fétidos. Te acuerdas, ¿verdad que sí? Me mirabas con unos ojos que estallaban de ansiedad y de tu pequeña boca salía esa voz quebrada que me preguntaba “¿Qué debo hacer?” recuerdo bien que te dije que no sabría decirte qué hacer, que cualquier consejo sería tan falso como el futuro que no es más que incertidumbre. Tu mirada dejó de ser el ejemplo para describir las ansias, y se convirtió en sinónimo de tristeza. Las veía venir, esas perlas negras de agua salada empezaron a brotar de ese mar que tienes en el rostro. Te dije que no sabía decirte qué hacer; que lo único que sabía era lo que de la nada llegaría a tu mente como una orden que ni siquiera meditarías para obedecer. Volteaste al cielo y sentías que no era más que verte al espejo; ahí estaba él, tan oscuro y tan frío como tú, con la Luna, su fiel compañera y la tuya también. La veías y tus ojos brillaban al verla tan inmensa con ese color ocre como cuando está completa, pero está vez algo le faltaba; había algo que necesitaba para poder resplandecer tan fuerte como otros días. Le hacías falta tú, y no dudaste en arrancarte esas perlas y echarte a correr; tratabas de alcanzarla, pero mientras más corrías, más lejana la sentías. De pronto, en el horizonte pudiste ver un resplandor tan semejante a tu amada Luna, pero ese brillo no estaba en los cielos, estaba allí, frente a tus pies que se empezaban a mojar de ese líquido salino que te acercaba más a ese amor que creías platónico, tan inalcanzable, sin embargo, ahora estaba ahí, a unos pasos de ti y no dudaste en acercarte y poco a poco te fuiste sumergiendo en ese mar. Llenaste tus pulmones de esos fragmentos de espejo que te habían encontrado con tu amada; a ella ya no le faltaba nada, ya no le faltabas tú.

9 comentarios:

Unknown dijo...

ouch... literaria romántica-alegórica-científica.

pero ouch.

4c3 dijo...

00d. FIN

Marxtamoros dijo...

Bastante bueno lo disfruté otra vez
y seguramente volveré a leerlo en la semana aunque sé que solo debo entrar el Jueves

Bio. dijo...

Nay está loca, period.
FIN?
y... quién dice que porque suelo actualizar en jueves es sólo en ese día cuando se puede venir a dar la vuelta?

Anónimo dijo...

PND Ok los jueves son chidos I'm a Delirio's fan 00d

Bio. dijo...

fans :roll:

Ok, y Nayeli no está loca, punto(.)

B West dijo...

quisiera saber cómo hago para escribir en el cbox??

snif! tuve que pregutnar porque no encontre cómo hacerlo.
snif snif!

naar dijo...

ok.....!!!!!!!! bueno.... pero me an gustado otros mas que est..

B West dijo...

por qué aquí no se ve el panel apra escribir en el cbox?

snif!

moriree!